Hablando de Calais
Ayer, en un rinconcito del bar Naranjo de Bulnes del madrileño barrio de Lavapies estuvimos hablando de los campamentos de Caláis, acompañados por Paquiño, comprometido activista de los Campamentos Dignidad de Extremadura. Nos habló de la situación de estos campamentos antes y después del desmantelamiento de un sector por parte de la delincuencia organizada, que son los cuerpos de seguridad del los estados represores, de las vallas y barreras que tienen que sortear las migrantes para acceder a los ferrys, del sueño inglés una y otra vez truncado, del limbo legal en el que se encuentran migrantes y refugiados, de la historia, por desgracia, replicada a lo largo y ancho de nuestro mundo, de un campamento que comienza siendo provisional y se acaba convirtiendo en permanente..
Enseguida, como quien se arranca por bulerías, otro activista que escucha atento la experiencia en Francia, nos cuenta la suya en Idomeni (Grecia). Apenas unas fotos, una narración emocionada se convierten rápidamente en una buena excusa para hablar del injusto sistema de fronteras, de la vergüenza de Europa, de los eternos campos de refugiados que se extienden, como ciudades fantasma, en lugares de nadie, en ninguna parte, que encierran millones de agonías silenciadas.
Y también hablamos del activismo político y humanitario, del riesgo que supone ir a los terrenos minados como «llaneros solitarios»… Hay lugar para reflexionar sobre las «buenas prácticas» del voluntariado …y sobre las no tan buenas.
Todo ello amparado por un espacio propiciado por la Red Solidaria de Acogida, que anima a la participación en el Encuentro Estatal de este 5 de Junio, donde se preparará la caravana hacia Grecia, y dispone sobre una barra de bar sus chapas y camisetas para la venta. Buenas excusas para el encuentro y la reflexión colectiva, para seguir construyendo ciudadanía crítica contra las fronteras.