Exigimos derechos para las personas refugiadas y migrantes

Exigimos derechos para las personas refugiadas y migrantes

Desde el fallecimiento de Aylan se han producido 4.295 nuevas muertes 

A un año del fallecimiento del pequeño Aylan Kurdi las personas migrantes y refugiadas siguen muriendo a consecuencia de las políticas europeas de cierre de fronteras y negación de derechos. Los homenajes que se realizarán desde diferentes instituciones, como el Congreso, no deben hacer olvidar que es el Gobierno y nuestros legisladores quienes tienen la obligación de cambiar la política migratoria y de asilo de nuestro país abriendo nuestras embajadas, creando rutas seguras para que las personas puedan llegar al Estado español, anulando la exigencia de visado de tránsito aeroportuario para las personas de origen sirio, cumpliendo los compromisos asumidos de reubicación y modificando un sistema de asilo claramente expulsor y evidentemente deficitario, entre otras medidas.

La iluminación del Congreso y otros edificios institucionales para recordar su fallecimiento resulta escandalosa cuando en los últimos 12 meses se han producido 4295 nuevas muertes y la situación de las personas refugiadas es más desesperante y con menores visos de solución. Todo sin que la Unión Europea haya tomado una sola decisión tendiente a revertir esta situación. Por el contrario, el acuerdo firmado con Turquía no ha hecho más que dificultar las rutas migratorias y aumentar la sangría de vidas humanas en juego. Reiteramos, casi 4300 muertes se han producido desde que el cuerpo de Aylán nos conmoviera. Más de 300 personas cada mes.

Es cierto que ya no vemos aquellas imágenes de marchas kilométricas de familias intentando entrar por la ruta de los balcanes o los campamentos en Macedonia o Turquía, pero la aparente normalidad a la que ha remitido la planificación los queremos aqui salvavidas en el suelode la UE radica en haber convertido a Grecia en un gigantesco campo de detención a cielo abierto, donde más de 50 mil personas sobreviven sumidas en la incertidumbre, carentes de todo derecho y posibilidad de dignificar su vida, como hemos podido comprobar en la reciente “Caravana a Grecia. Abriendo fronteras”.
En este marco de responsabilidades, resulta ofensivo que el Gobierno se sume al recuerdo sentido que sí compete hacer a una ciudadanía que ha ido por delante de las instituciones con múltiples ejemplos de ayuda mutua y compromiso con la situación de las personas migrantes y refugiadas, como ha sido nuestra Red Solidaria de Acogida (nacida precisamente hace un año), la Plataforma Bienvenido Refugiados o la Caravana a Grecia Abriendo Fronteras, por citar solo alguno de la multitud de proyectos de auto organización volcados con la causa..

El apoyo del Estado español a las políticas represivas de la Unión Europea, la constante violación de Derechos Humanos que se ejecuta en nuestra Frontera Sur y la demora en casi 7 años en la sanción de un reglamento de la Ley de Asilo dictada en 2009 hablan a las claras de la hipocresía que encierra cualquier homenaje o recordatorio que provenga de las autoridades estatales.

También es necesario que las administraciones autonómicas y municipales desborden sus pretendidos discursos de solidaridad e implementen medidas con urgencia: las personas refugiadas y migrantes están aquí, en nuestras calles, y muchas de ellas en situaciones de real desamparo ante las escasas ayudas que ofrece el sistema de asilo español.
Las denominadas “Ciudades refugio” no son dignas de enarbolar esas banderas si no entienden que la acción es aquí y ahora, y que deben recoger el espíritu solidario de los pueblos para encabezar la presión social sobre el Estado español. No basta con discursos, no alcanzan las palabras ni las pancartas “Welcome Refugees” mientras, por otro lado, se continúe con la persecución y criminalización de las personas dedicadas a la venta callejera como único medio de supervivencia (manteros), lo que constituye un caso claro de incidencia en esa realidad de “no acogida”.

Desde la sociedad civil somos testigo de cómo, incluso, muchas familias están tomando la dramática decisión del retorno cansadas de no recibir respuestas a las expectativas creadas, ni solución a sus problemas. Su regreso a países de los que huían es el gran fracaso de la política española y europea.
Desde la Red Solidaria de Acogida llamamos a cada vecino y vecina, a cada integrante de nuestra ciudadanía a alzar la voz en defensa de las personas migrantes y refugiadas. El mejor homenaje que podemos hacer a la memoria de Aylán Kurdi es defender el derecho de las personas que como él hace un año atrás, siguen buscando un lugar donde vivir dignamente.

No son suficientes los gestos, los simbolismos. El gran reto de la sociedad organizada es torcer el pulso a la decisión de los gobiernos europeos de cerrar fronteras y pisotear derechos. No debemos perder de vista que la lucha de las sociedades es la única respuesta posible ante el cerrojo institucional que se está llevando por delante tantas vidas inocentes.

No cesaremos en nuestro empeño. Por Aylán, por todas las personas muertas, pero especialmente por todas aquellas a las que el Estado español y los de la UE siguen

(viñeta de Ricardo «Sin el debido respeto»)